La mayoría de niños españoles aprenden a leer durante el último año de educación infantil y van profundizando en primero de primaria. Estos momentos de inicio de la lectura son auténticos suplicios, su falta de fluidez hace que la tarea sea extremadamente tediosa. Les cuesta leer y más aún entender lo leído. Con todo ello, no es extraño que su motivación por la lectura sea mínima.
Os propongo tres sencillos trucos para que complementemos la labor de los profesores: - Escribirle sencillas notas a los niños que encuentren en los más insospechados lugares. Podéis incluso aprovechar estas notas para reforzar su autoestima. Yo p.e a mi hija en el papel albal del bocadillo en tercero de infantil a veces le escribía “Me gusta tu sonrisa” o en el bolsillo del abrigo encontraba una nota que decía “Eres muy creativa”… tras varios mensajes de este tipo ella me sorprendió un día a mí con una nota que me hizo llorar “Mama cada día me haces más feliz”. - El siguiente consejo me lo dió mi abuela hace muchos años. Me dijo “Cariño si te cuesta leer, ¿por qué no pruebas a leer cualquier cartel que encuentres por la calle?, ya verás como poco a poco irás leyéndolos con mayor rapidez”. Y eso mismo le propuse yo a mi hija. Ahora estamos en la fase de explicarla que es mejor que la lectura sea interior ya que los viajes en coche se están convirtiendo en una tortura “IKEA, Autovía, STOP, M-40…”. - Mi última propuesta conlleva más tiempo por nuestra parte y más ganas. Consiste en escribirle cartas que dejemos posteriormente en el buzón. Yo p.e le escribo cartas de una supuesta princesa muy valiente que vive en otro planeta y que busca tener una amiga en la tierra. Mi hija devora estas cartas y cada vez que vamos al buzón pregunta entusiasmada: “¿hay carta de la princesa?”. No os podéis imaginar todo lo que me he llegado a inventar para su deleite. No os preocupeis si no muestran especial interés por la lectura en estos primeros momentos, el placer de leer lo adquirirán con el tiempo, cuando su destreza lectora les permita disfrutar de cada página y les transporte a mundos llenos de fantasía.
0 Comentarios
Las niñas desde muy pequeñas hemos crecido admirando a las mujeres que nos relataban los cuentos o veíamos en las películas de Disney. Muchachas hermosas de largos cabellos, maravillosamente vestidas con voces celestiales que entonaban dulces melodías. Mujeres que encuentran hombres guapos, valientes, cariñosos que las rescatan y con los que vivirán felices para siempre. Son muchas las voces que nos alertan sobre los peligros que estos mundos idílicos siembran en las mentes infantiles. Analicemos dos de sus posibles consecuencias: - El síndrome de la princesa: Jennifer Hardstein en su libro “Princess Recovery: A How-To Guide to Raising Strong, Empowered Girls Who Can Create Their Own Happily Ever Afters” (algo así como ‘la sanación de la princesa: una guía para criar fuertes y poderosas niñas que pueden crear sus propios finales felices’), explica que a los niños a partir de dos años les influyen los ideales poco realistas de los cuentos de hadas y de los dibujos animados de Disney y alerta de cómo esto puede afectar a su futura autoestima. La doctora Hardstein considera que las historias tradicionales como ‘La bella durmiente’ y ‘Cenicienta’ promueven la idea de que "si una niña es lo suficientemente guapa y viste ropa a la moda, encontrará el amor y la popularidad". Jamás se verá a una princesa de cuento discapacitada o lesbiana, pues en este mundo irreal no tiene cabida aquello que es diferente. Pero Hardstein no se limita tan sólo a resaltar los peligros de los cuentos y las películas, también incluye a ciertas muñecas como las Barbies. En adolescentes esta tendencia a maximizar la importancia de la apariencia puede generar modelos a imitar como las hermanas Kardashians y esto a mí como madre me da escalofríos. Pero esta concepción superficial de la vida no afecta sólo a las niñas, en los cuentos los hombres asumen el papel de salvadores, transmiten seguridad a la temerosa mujer, la cuidan y la protegen. A Las niñas, por lo tanto se les transmite la idea de que tienen que estar siempre “hermosas” y los niños pueden asumir que deben proteger (de manera patriarcal) a las mujeres. Esto nos lleva al siguiente síndrome: - El Síndrome de Cenicienta. Colette Dowling escribió un libro sobre el miedo de las mujeres a la independencia, como un deseo inconsciente de ser atendidas por otros, basándose, principalmente, en el temor de ser independientes. Ello puede ser por temor a responsabilizarse completamente de sí mismas o por la necesidad psicológica de ser protegidas. Se caracteriza por el deseo de conseguir al “príncipe azul”, encontrar un hombre guapo, simpático y si es posible rico, que la rescate de su monotonía y la lleve a un mundo de auténtica felicidad. Pero idealizar tanto a una persona puede llevar a no conseguir nunca a nadie que cumpla tan exigentes expectativas. Se quejarán entonces de estar continuamente besando sapos. Si por “suerte” encuentran a un hombre dispuesto a asumir el rol del príncipe rescatador, esté llevará una tremenda carga sobre sus hombros. Deberá estar constantemente pendiente y se sentirá mal si no puede cumplir sus expectativas, ya que creerá que ha fallado como héroe. Estas relaciones están completamente viciadas y generarán a largo plazo muchos reproches, frustraciones e insatisfacciones. Las mujeres con este síndrome que muy a su pesar no encontraron tan "idílica pareja" se sentirán incompletas e infelices. En el caso de las princesas de Disney la productora ha ido modificando su estrategia al ser consciente de las críticas recibidas. https://www.youtube.com/watch?v=z3jwzdMUBOY Afortunadamente existen muchos otros dibujos en donde estos roles tradicionales se van difuminando, así en Peppa Pig las mamas conducen autobuses, dirigen colegios… Pero hay que tener cuidado porque estas ideas están fuertemente implementadas en nuestra sociedad, p.e han surgido nuevos negocios como “Princesas por un día” en los que la diversión consiste en pintarse las uñas, maquillarse, disfrazarse de princesas… Como padres debemos explicarles que la realidad es distinta a lo que transmiten estas historias, en la vida real las princesas pueden ser ciegas, paralíticas, gorditas, valientes, decididas… Disponer de una situación económica saludable nos abre un abanico inmenso de oportunidades para procurarnos momentos de felicidad. Pero estudios recientes han demostrado que la influencia de los ingresos económicos sobre la felicidad sólo es relevante hasta cubrir las necesidades básicas. A partir de un determinado punto, mayores niveles de ingresos parecen no incrementar nuestros niveles de felicidad. Algunas excentricidades de famosos millonarios hacen que me cuestione su capacidad para apreciar lo ventajoso de su situación, ¿qué sentido tiene tener un cubo de basura de Louis Vuitton o una habitación únicamente destinada a envolver regalos a no ser que seas Santa Claus?. Tener todo lo que uno pueda desear impide valorar la satisfacción de conseguir tus objetivos, tus metas. Las personas que nunca han necesitado esforzarse para alcanzar sus sueños viven en un mundo irreal carente de motivación interna. El afán acumulativo, la consecución de extravagantes bienes materiales o la búsqueda continuada de exóticas experiencias en muchos casos muestran la necesidad de llenar un vacio. Los estudios indican por el contrario, que la cantidad y calidad de relaciones interpersonales aparece como el factor más a menudo asociado a un mayor nivel de bienestar psicológico percibido. Este dato en nada correlaciona por lo tanto con nuestra capacidad adquisitiva. Nos muestra que en la vida es importante rodearnos de gente, sobretodo de gente entusiasta que nos transmita positivismo. Como padres tenemos que saber que ser felices también tiene un componente de aprendizaje. Cuando somos pequeños aprendemos a enfrentarnos a la vida según los modelos que tenemos a nuestro alrededor. Por lo tanto, si nuestros padres viven quejándose, fijándose sólo en el aspecto negativo de las cosas, sintiéndose derrotados o agobiados ante los problemas, probablemente nosotros actuemos de la misma manera. Si por el contrario, son personas positivas que siempre ven el lado "bueno" de todo lo que les sucede, resuelven los problemas con entusiasmo, confiando en obtener éxito, disfrutan de la vida, ríen con frecuencia…, tendremos mayor facilidad para ver el lado positivo de la vida. Personalmente encuentro mis mayores momentos de felicidad compartiendo mi tiempo con la gente que amo, sintiéndo el abrazo de mi madre, observando a mi padre rejuvenecer al lado de sus nietos, caminando de la mano de mi marido , escuchando la risa de mis hijos, cenando con unos buenos amigos… esa es mi verdadera felicidad. Hace unos días apareció una noticia que nos dejó sorprendidos e indignados, un grupo de hinchas holandeses del PSV se mofaban de unas mendigas rumanas en la Plaza Mayor de Madrid. Al grito de Ole las lanzaban monedas desde las mesas de una terraza mientras se reían y burlaban de su desesperación por cogerlas. Tan sólo algunas personas se atrevieron a encararse con ellos para recriminarles lo bochornoso de su actitud.
La explicación a dicho comportamiento quizás nos la pueda proporcionar la psicología de masas encargada del estudio del comportamiento de los grupos colectivos. Los individuos en masa se contagian del comportamiento de los demás y se limitan a repetirlo sin cuestionarse nada. En la masa colectiva no existe ni la autonomía ni la independencia. Son un alma colectiva en la cual sienten, piensan y actúan de forma totalmente diferente a la que sentirían, pensarían y actuarían de manera individual. En este caso concreto, es posible que estos holandeses en solitario ni siquiera se hubieran planteado tal diversión. Las características de la masa colectiva son: - Sentimiento de ser invencible, de omnipotencia, en grupo no hay nada imposible. - No hay conciencia moral personal, lo importante es sentirse integrado dejando de lado las responsabilidades al amparo del anonimato. - Sugestionabilidad. El ser humano se contagia y pasa a ser hipnotizado por las acciones de los otros. - Mecanismo de Supervivencia. Hay mayor oportunidad de supervivencia en el conjunto, en la masa, que de manera individual. Se sacrifican intereses personales pero alguna de las necesidades del individuo las cubrirá la masa. - Los sentimientos de la masa son simples y exaltados. La masa es impulsiva, voluble y excitable. - Existe un líder con poderosas cualidades como fuerte personalidad, una creencia marcada y voluntad poderosa. Los grupos colectivos se sienten atraídos por el prestigio que presenta el líder y se dejan llevar por él. - Bajo rendimiento intelectual, al no ejercitar su mente por sí mismos. Se ven mermados por el aumento de afectividad e intentan nivelarse al nivel intelectual del grupo. Como dijo Gustave Le Bon "La masa es siempre intelectualmente inferior al hombre aislado". - Los colectivos más extremistas actúan con normas de grupo bastante simplificadas que llevan a conductas radicales y a desobediencia hacia las normas sociales. - Prevalece un amor incondicional al grupo y un odio o intolerancia hacia el enemigo. Recuerdo que hace algunos años emitían por la televisión española un programa llamado Supernanny, donde una psicóloga se desplazaba a los hogares de familias sobrepasadas por las conductas negativas de sus hijos. Tras un periodo de observación les daba instrucciones a los padres para modificar estas conductas insidiosas. Entre un montón de útiles consejos estaba siempre el fundamental, ignorar los comportamientos que no queremos que se repitan. Pues esta sencilla “receta” se basa en el Condicionamiento Operante.
El Condicionamiento Operante constituye una de los mecanismos de aprendizaje de mayor importancia teórica y práctica, es además fuente de algunas de las aplicaciones más significativas de la psicología. Comenzó con Thorndike quien quería estudiar la inteligencia desde el punto de vista de la evolución. ¿Se ha desarrollado la inteligencia también por selección natural?. El problema que se le presentaba era cómo medir la inteligencia en animales, para ello diseño problemas con distintos grados de dificultad. En uno de ellos utilizó una caja para gatos, la caja tenía una manilla para que se abriera y fuera ponía comida. El gato dentro de la caja no dejaba de moverse hasta que por azar daba a la manilla, tras varias repeticiones se producía un aprendizaje ya que el tiempo que tardaba en darle a la manilla disminuía. Los experimentos de Thorndike, por lo tanto, no pusieron de manifiesto la inteligencia de los animales como él pretendía, sino más bien su capacidad de aprendizaje. Thorndike formuló entonces la Ley del Efecto, que viene a decir que cuando un comportamiento por parte de un organismo tiene como efecto un estímulo ambiental placentero, agradable, aumenta la conducta, por el contrario cuando una conducta va seguida de un efecto incómodo disminuye la probabilidad de la conducta en el futuro. Skinner la reformuló llamándola Ley del Refuerzo y distinguió entre: -Refuerzo positivo. Cada vez que felicitamos o elogiamos a nuestros hijos por una conducta. Otro ejemplo serían los bonus que dan a los trabajadores por la consecución de ciertos objetivos. Increntan la probabilidad de la conducta deseada en el futuro. -Refuerzo negativo. Cuando te levantas más pronto por las mañanas para evitar un atasco. Si compruebas que de esta manera llegas con menos problemas lo más probable es que sigas levantándote pronto. -Castigo. Sería cuando por ejemplo en el salario te descuentan dinero por llegar tarde. Aquí también se incluirían los castigos físicos como la bofetada. Disminuyen la probabilidad de la respuesta. -Extinción. Cuando ignorado el berrinche de nuestros hijos , ellos comprenden que la estrategia no funciona y esa conducta sin beneficios no se repite en el futuro. Esta es por lo tanto la receta magistral de Supernanny. Os dejo dos divertidos ejemplos de condicionamiento operante empleados en la serie "The Big Bang Theory": https://youtu.be/CttMW7Tq7Jc https://youtu.be/mXGREKWRR7g |
Archivos
Julio 2017
Post mejor valorados
|