Ubicado en el km 10,500 de la A-5 en Madrid encontramos el Museo del Aire. Este impresionante museo nos ofrece durante el mes de Octubre la posibilidad de realizar una visita-taller para familias. De la mano de cómics tan famosos como los de Tintín o los Simpsons esta actividad gratuita os mostrará algunos de los modelos más conocidos de nuestra historia de la aviación. Provistos de una hoja llena de viñetas los niños deberán reconocer entre los modelos expuestos aquellos que coinciden con las imágenes del cómic y por cada avión localizado obtendrán una pegatina que lo certifique. Mientras recorríamos de esta manera el museo nuestra guía nos iba dando algunos datos de cada uno de estos impresionantes aparatos. Con su información pudimos adentrarnos en un mundo de intrépidos pioneros no exentos de cierto punto de excentricidad como es el caso de los hermanos Wright fabricantes de bicicletas que se aventuraron a la fabricación de un modelo de avión que logro un corto vuelo gracias al impulso de una catapulta externa. La visión de una réplica del modelo logrará poneros los pelos de punta al imaginar al valiente piloto tumbado sobre una endeble estructura apenas compuesta de madera y tela persiguiendo un sueño cada vez más posible. El Hangar 1, recientemente remodelado, alberga los modelos que participaron en la Guerra del Rif en África. A través de fingidas trincheras pudimos retroceder en el tiempo para sorprendernos con incipientes aviones de guerra dotados de rudimentarios sistemas de ataque tales como las bombas gota. Otra historia que impresionó especialmente a mi hija fue la de los buchones, esos aviones que España compró a los alemanes en plena Segunda Guerra Mundial que llegaron sin los motores y que por paradojas de la historia acabaron con un motor Rolls Royce Merlin de sus enemigos británicos. Como veréis aprendimos multitud de cosas sobre nuestra historia de la aviación si bien es cierto que las explicaciones iban más dirigidas a los padres. La visita finalizó con un taller en el que creamos una tarjeta en tres dimensiones. Tijeras, colores, pegamentos y trabajo en familia hizo de esta parte la más divertida para mis peques. En este caso, un poco más de instrucción a los papas no nos hubiera venido mal sobre todo para aquellos que como yo no gozamos de grandes dotes creativas.
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El test de Rorschach, del que sin duda habréis oído hablar, es uno de los test más populares del ámbito psicológico, profusamente utilizado a la par que comúnmente denostado. Si en alguna ocasión os enfrentáis a esta prueba debéis saber que la peor respuesta posible y sin embargo la más cierta es decir que sólo son manchas. Veamos en qué consiste… Es una técnica de las llamadas proyectivas. Fue creada por Hermann Rorschach y parte de la idea de que una persona al ver una imagen ambigua y desestructurada trabajará para dotar de orden a dicha imagen. Como hemos señalado con anterioridad nuestra mente odia el caos, por lo que dedica innumerables esfuerzos en imponer un mínimo de sentido a aquello que percibe. Pero una misma imagen puede ser interpretada de varias maneras por distintas personas y es ahí donde cada uno pone una parte de sí mismo. El test consiste en la presentación de 10 láminas constituidas por manchas de tinta simétricas respecto a un eje central algunas de ellas en blanco-negro y otras en color. El sujeto debe indicar lo que le sugieren. Para el psicoanálisis las personas proyectarían en las imágenes aquello que no desean reconocer, lo que más vergüenza les produce, los impulsos más inaceptables. Actualmente se considera la proyección de las imágenes como una tendencia natural en el ser humano para dotar de sentido a aquello que le rodea. Analicemos de forma esquemática las láminas que componen este test, pero si antes queréis poneros a prueba, en internet podéis encontrar algunas adaptaciones: www.elmundo.es www.lasprovincias.es El test de Rorschach es de muy difícil aplicación ya que no sólo se analizan las respuestas del sujeto sino también el tiempo que tarda en responder, la posición desde la que observa la lámina, si se fija en todo el conjunto o en una parte, el movimiento… De tal manera que p.e una respuesta muy rápida puede indicar cierta impulsividad, mucha riqueza argumental exceso de actividad… Es por lo tanto necesario tener mucha experiencia para poder dar un uso fiable a este test. El Test de Rorschach es además eminentemente clínico se desarrolló para detectar pensamientos alterados, el mismo autor siempre fue escéptico respecto a su uso como test proyectivo de personalidad. Sin embargo, su difusión ha sido máxima abarcando ámbitos como la selección de personal, forense… De vuelta de vacaciones reanudamos las actividades en familia de las que tanto disfrutamos. En esta ocasión regresamos al Museo del Ferrocarril de Madrid. Ubicado en la antigua estación de Delicias inaugurada en 1880, el museo nos ofrece la posibilidad de realizar un viaje al pasado con una completa muestra de locomotoras y coches de viajeros. En un solo paseo descubriréis cómo viajeros de otras épocas, mucho menos esclavos del tiempo y las prisas, recorrían vastos territorios en busca de nuevas oportunidades o de ansiados reencuentros. Nosotros regresamos para que nuestro pequeño redescubriera aquello que en la anterior visita carecía de valor, los trenes que cada tarde le acompañan en sus juegos. Mecidos por la suave música en directo de otra época paseamos por los andenes contemplando el transcurrir del tiempo en el más de siglo y medio de existencia del ferrocarril en España, desde el vapor, al eléctrico y al diesel. Una de las locomotoras está preparada para que los visitantes puedan subirse y sentirse por unos instantes parte de esa historia. Y ésta fue sin duda la preferida de mis peques, mi hija al mando apremiaba a mi hijo para que echase más carbón mientras ella manejaba las numerosas palancas con insospechadas utilidades. Después de un paseo algo masificado, accedimos a la atracción estrella del museo para los niños, montar en una miniatura de tren. En nuestro caso nos tocó la locomotora a vapor y fue una auténtica pasada discurrir por sus pequeñas vías acompañados del inconfundible silbido de este tipo de máquinas. Mi hijo apenas parpadeaba y una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en su cara durante todo el trayecto. Tras una parada para retomar fuerzas en los puestos de comida y bebida que se encuentran en el exterior de la estación, retomamos la visita para esta vez admirar los distintos puestos de artesanía y antigüedades que habitan en los andenes. En este caso la que apenas podía contener la cara de admiración era yo. Siempre me produce una sana envidia la capacidad creativa, afortunados son los que dan vida con sus manos a tanta originalidad, belleza y maestría. El museo oferta además talleres, visitas guiadas, mercadillos, viajes en trenes temáticos… seguro que encontraréis aquello que os guste. Creo que os puede ser de utilidad algunas advertencias, suele haber mucha gente y el parking del museo se completa muy pronto. Meterse dentro cuando está lleno de coches y gente accediendo al recinto es complicado, si no sois madrugadores os recomiendo intentar aparcar por las calles aledañas o acercaros directamente en tren. Debéis saber además que el dinero para comprar bebida o comida ha de cambiarse por fichas. Vas conduciendo por una carretera secundaria, son las tres de la tarde de un día en donde los termómetros no bajaron de los 40º, apenas hay coches por la carretera las únicas compañeras de trayecto son las barrillas que ruedan como en el lejano oeste. En el arcén de la carretera ves a una joven intentando, sin mucha maña, cambiar la rueda de su coche. Desde lejos aciertas a ver un pelo largo, rubio y brillante ondeando movido por los escasos golpes de cálido viento . Su cuerpo esculpido por sesiones inacabables de sentadillas muestra más curvas que los puertos más difíciles del tour de Francia… no sigo creo que os hacéis una idea… hombres ¿os pararíais a ayudarla?... ¿Y si en vez de esa musa hubiese una mujer con menos atractivo físico?… ser sinceros recordar que son las tres de la tarde, hace 40º y se trata de cambiar una rueda… En definitiva: “Los guapos lo tienen todo más fácil”. Y cuidado que juegan limpio pero poseen una indiscutible ventaja, el efecto halo. El efecto halo es un sesgo cognitivo según el cual cuando percibimos a una persona realizamos generalizaciones erróneas a partir de una sola característica o cualidad. El nombre de efecto halo fue acuñado en 1920 por Edward L. Thorndike en su artículo "El error constante en la calificación psicológica”. Es decir, si nos encontramos ante una persona extremadamente atractiva la juzgaremos además como simpática, buena persona, triunfadora, inteligente… Es posible que antes de bajaros a ayudar a la muchacha en cuestión ya os hayáis imaginado a esa chica sonriendo agradecida por vuestra inestimable ayuda pero ¿y si en vez de eso la chica os mira con desprecio y os suelta una bordería?… cuesta creerlo ¿verdad?. Se ha comprobado además que el rol del atractivo en la evocación del efecto halo no se detiene en rasgos de personalidad, sino que se extiende a la percepción que tenemos de la vida en general de esa persona, de su éxito, de su estatus socioeconómico… De ahí que nos cueste realmente creer que una persona físicamente espectacular pueda estar sin pareja o con alguien sin el mismo deslumbrante atractivo. Algunos otros estudios han demostrado además que:
Este sesgo inconsciente plantea muchos problemas en algunos ámbitos como el judicial, en la selección de personal y sobre todo con los más vulnerables los niños y los adolescentes. Algunos estudios han demostrado que los adolescentes atractivos son más propensos a recibir una retroalimentación social más positiva y esto afecta a su autoestima, ya que esta depende, en gran parte, de la aceptación y el aprecio recibido de los demás. La publicidad, ese universo oportunista que aprovecha al máximo cualquier efecto psicológico que le sirva para influenciarnos, explota al máximo este sesgo. Si un producto logra una imagen positiva entre los consumidores las marcas corren a asociarlo al resto de sus productos o a la misma marca para que de forma irracional generalicemos sus propiedades positivas. Lamentablemente el efecto halo tiene su contrapartida, el “devil effect” por el que atribuimos cualidades negativas a las personas que ostentan una imagen descuidada o poco agraciada.
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