Discusiones sobre fútbol, política, educación… emergen a diario en cafeterías, centros de trabajo, parques… Atrevidos argumentos, réplicas mordaces atraviesan el aire cuan espadas dialécticas destinadas a acabar con aquellos que osaron contradecirnos. Con la certeza de ser seres racionales aplicamos nuestros recursos cognitivos para esgrimir brillantes alegatos sin apenas conocer las leyes básicas de la lógica. Nuestra mente atada a la necesidad de emitir juicios apresurados ha desarrollado todo un mapa de atajos que nos llevan a cometer innumerables errores e interpretaciones irracionales de las que apenas somos conscientes. La psicología cognitiva ha logrado identificar una gran cantidad de sesgos y falacias que nos hacen errar en nuestras conclusiones pudiendo llegar a producir trastornos conductuales y emocionales. Nuestros pensamientos, influyen en nuestras emociones y ambos en nuestras conductas. Por ejemplo: Una persona con fobia social puede pensar que cualquier cosa que diga provocará que los demás se rían de ella (pensamiento), posiblemente se sienta tensa y angustiada (emoción) y como consecuencia en entornos colectivos permanezca callada la mayor parte del tiempo (conducta). Pero esta irracionalidad no es patrimonio de la patología. Por poner tan sólo un ejemplo os hablaré de una creencia socialmente muy aceptada, la falacia del punto medio que consiste en considerar que la conclusión más válida es la intermedia entre dos puntos de vista extremos. En una discusión situarse bajo la bandera del punto medio es sinónimo de estar en el equipo ganador, en la posición más aplaudida, así por ejemplo los políticos argumentan defender posturas moderadas, pertenecer a ideologías centristas… Pero la falacia está en que nuestra subjetividad entra en juego al establecer el punto medio de dos posturas extremas. ¿Qué partido político español puede considerarse centrista PP, PSOE o Podemos?... y si incluimos a otros partidos minoritarios de la extrema derecha o izquierda ¿variará el punto medio?. Imaginaros que una persona que ingiere 20 cervezas diarias se plantease llevar un consumo más moderado, ¿podría considerar moderado el consumo de 10 cervezas una persona astemia?... Parece que la virtud del punto medio es cuando menos inestable.
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Aprovechando los prematuros rayos de sol primaverales de este fin de semana acudimos a dar un tranquilo paseo por las instalaciones de la finca Cañada Real. Ubicada entre el Escorial y Valdemorillo esta inmensa hacienda cuenta con un Centro de Naturaleza en el que habitan un gran número de especies salvajes autóctonas de la Península Ibérica. Provistos de walkie talkie y prismáticos como en nuestra visita a las Tablas de Daimiel recorrimos la senda descubriendo la riqueza de la fauna y la flora con la que cohabitamos: buitres leonados, águilas, cabras, jabaliés, búhos, ciervos.. y un sinfín de animales autóctonos que hicieron las delicias de mis pequeños. Pedimos disculpas a los pacientes habitantes de la Cañada por los gritos de júbilo que mi hijo emitía cuando descubría un nuevo ejemplar hasta que llegó a comprender la funcionalidad de los walkie talkie. Uno de los momentos más esperados de la visita a la Cañada es cuando alimentan a los lobos. Si a alguien no le ha quedado claro el concepto de Condicionamiento Clásico este es un ejemplo impresionante del mismo. Según se acercaba la hora, que en esta época del año suele rondar la 13.30h, los lobos daban evidentes muestras de agitación, carreras apresuradas, saltos hacia las vallas… Tras avituallar a los hambrientos cánidos una muchacha nos explicó sus hábitos y la importancia de su presencia en nuestros bosques para mantener el equilibrio natural. En este punto me atrevería a hacer una tímida sugerencia y es que la educadora pudiera disponer de un altavoz, ya que apenas se la escuchaba. La duración del trayecto dependerá de vuestro ritmo, en nuestro caso tardamos dos horas y media realizando una pequeña parada para un refrigerio en una soleada explanada en la que mis hijos corrieron, recogieron palos, buscaron “minerales” que en el argot de mi pequeño son piedras de todos los tamaños, colores y tipos que podáis imaginar. La senda además está adoquinada en todo el trayecto por lo que podéis realizarla con carritos de bebe. Aunque el precio de la entrada puede pareceros costoso pensar que vuestra contribución ayuda al mantenimiento de estos animales que un día tuvieron la desgracia de toparse con la acción humana coartando para siempre su libertad. Esta visita lúdica es también educativa ya que les ayudará a reconocer la fauna autóctona de la región en la que viven. Con esta idea en la cabeza de camino a casa inventamos un juego para adivinar con qué animales no nos toparíamos nunca durante una excursión por los bosques españoles (lamentablemente muchos de los ejemplares de la Cañada se encuentran en peligro de extinción, de ahí la importancia de mantener lugares como este).
El domingo realizamos una inusual visita. Esta vez se trataba de conocer el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid. Ubicado en las proximidades de la estación de Atocha en pleno centro de la capital, este museo que tomó su sede del Hospital General constituye un baluarte de modernidad. Esta fantástica galería que cuenta entre sus obras con auténticos tesoros artísticos del siglo XX, se ha convertido en una de las más visitadas del mundo.
Dispuestos a descubrir todo un universo de sensaciones acudimos con nuestra hija a la actividad familiar “Un espacio, un lugar” que se celebrará hasta el mes de Mayo. Para este evento, que se desarrolla por segundo año consecutivo, el museo colabora con la Real Escuela Superior de Arte Dramático siendo nuestras guías cuatro estudiantes de esta escuela que desde el inicio hasta el final no dejaron de sorprendernos. En su compañía realizamos un breve recorrido por algunas de las salas del museo explorando con nuestro cuerpo el espacio que íbamos atravesando. Esta visita no incide de modo alguno en dar a conocer las obras, tan sólo transitábamos a su alrededor sintiendo como nuestra presencia invadía cada lugar. Suena distinto ¿verdad?, realmente lo fue. Mi hija acostumbrada a visitas educativas, con detalles que profundizan en cada creación, en los autores, en el momento histórico… se encontraba desubicada. En un momento concreto se acercó a mí y me dijo: “mama, esto está siendo un poco extraño”. Y en eso está precisamente el hechizo de esta visita, en romper rígidos esquemas, en dejarse llevar, en explorar a través del lenguaje gestual. Una vez que todos conseguimos abandonar aquello que nos ata a lo cotidiano, nuestra manera de expresarnos sólo con la voz, el utilitarismo de nuestros movimientos… disfrutamos de una nueva libertad. Os puedo asegurar que aunque no pueda daros detalles precisos de las obras que observamos esta experiencia no se nos olvidará. Ver como mi marido, poco aficionado al baile, se dejaba llevar reptando, saltando… constituye uno de los tesoros de mi particular galería de recuerdos. Si te has lamentado alguna vez diciendo: “No tengo un hijo tengo dos, mi pareja se comporta como un niñ@”, puede ser que estés conviviendo con un kidult o con un Peter Pan. Las implicaciones de uno u otro caso serían absolutamente diferentes. Intentaré ayudarte a distinguirlos. Un Kidult es probable que peine canas o que incluso haya dejado de peinarse hace ya tiempo. Su estética es muy característica: vaqueros, deportivas y camisetas retro con temática variada pero con una marcada tendencia infantil (star wars, space invaders…). Aparte de la indumentaria se distinguen mayoritariamente por el empleo de su tiempo libre: gamers, aficionados a los cómics, fans de series juveniles… y hasta es posible que continúen desayunando Cola Cao. El Kidult es por tanto un fenómeno sociológico que hace referencia a un estilo de vida centrado en la juventud. Afecta a la generación X que creció junto con la democracia y las nuevas tecnologías. El Kidult es producto de un retraso madurativo de la sociedad, el aumento de la esperanza de vida, la incertidumbre laboral, la emancipación aplazada, la maternidad tardía… ha producido un terreno baldío entre la adolescencia y la madurez desconcertante para los que la palabra “Señor/Señora” aún chirría. Una adultescencia con la que Quequé ironizaba: "Me miro al espejo y lo mismo me ha salido una cana que un grano pajero". El Kidult se ha convertido en un target preferente para las agencias de marketing con eslóganes centrados en: “saca al niño que llevas dentro”. Y es que el adultescente es un gran consumidor de altas tecnologías, destinando importantes recursos a su adquisición. Todas estas características parecen dibujar un perfil de personalidad irresponsable, ¡nada más lejos de la realidad!. El Kidult es una persona comprometida con su vida laboral o familiar. Puede ser el ejecutivo que pasea con traje y maletín de 8-19h, luciendo camisetas de Juego de Tronos los fines de semana. O el que se encarga de recoger a sus hijos del cole, bañarles y darles de cenar, hecho lo cual se sienta en el sofá a jugar a Resident Evil. Convivir con un Kidult no es problemático, tan sólo deberéis liberar espacios para el ocio individual. No debe confundirse el término Kidult con el Síndrome de Peter Pan, ya que este último caso, a pesar de no estar descrito en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, presenta múltiples implicaciones psicológicas, afectivas y sociales que rallan la patología. El Peter Pan idealiza la juventud negándose a madurar, es inseguro, egocéntrico, irresponsable, con baja tolerancia a la frustración y un marcado miedo al compromiso. La convivencia en este caso es sumamente compleja a no ser que Peter Pan encuentre a su Wendy. Ya sabéis lo que nos gusta en psicología hacer analogías entre patologías y personajes de los cuentos tradicionales. Estas arcaicas historias cuentan con toda una caterva de personajes “traumados” o “traumatizantes”. En este caso Wendy representaría a la persona que se desvive por agradar a los demás, por cubrir sus necesidades y que aún siendo la pareja asume el rol de madre. Espero haberte ayudado a despejar dudas, ¿convives con un Kidult o un Peter Pan?. Mañana se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en respuesta a una problemática social que aún no ha sido resuelta. A pesar de la gran cantidad de barreras que ya se han derribado, la desigualdad de género sigue muy vigente en el mundo actual. Los datos en el área laboral hablan por sí solos: salarios un 30% más bajos, menor presencia en puestos de dirección, menor inversión en formación… En el entorno académico, sin embargo estás diferencias son más sutiles. A simple vista la educación parece igualitaria, un universo de oportunidades tanto para chicos y como para chicas. Una meritocracia dependiente únicamente de la capacidad individual. Entonces, ¿por qué hay más hombres matriculados en carreras de ciencias?, ¿a qué se debe el desinterés femenino por estas áreas?. Los datos indican que las mujeres obtienen peores calificaciones en dominios relacionados con las matemáticas y las ciencias pudiendo ser esta la razón a su indiferencia. Varios son los factores estudiados desencadenantes de estos deficientes resultados: - La explicación más sencilla podría ser que los hombres poseen un don natural e innato que les hace más talentosos. Pero esta hipótesis queda rápidamente desmentida cuando se establecen comparativas entre países, ya que algunos territorios no presentan ninguna brecha de género en estos ámbitos. - Otros estudios han llegado a la conclusión de que las mujeres muestran mayor ansiedad ante las matemáticas y menor confianza en su capacidad. Parece ser que las mujeres interiorizan tanto la creencia en su bajo rendimiento en estas áreas, que un experimento con niños y niñas de 11-13 años descubrió que si una niña pensaba que tenía que copiar una figura geométrica lo hacía peor que si creía que tan sólo se trataba de copiar un dibujo. - El Efecto Matilda hace referencia al olvido sistemático del trabajo de muchas mujeres que lograron grandes avances científicos. Exceptuando a Marie Curie pocos trabajos desarrollados por mujeres han logrado visibilidad. En los cines podéis encontrar un ejemplo de este efecto en la película “Figuras Ocultas”. - Las mujeres suelen ser mayoritariamente las encargadas de conciliar la vida familiar y laboral. El prototipo social de la mujer que triunfa en el mundo científico es incompatible con esta realidad, ya que muestra mujeres tan dedicadas a su trabajo que prescinden de su vida personal. - Christia Spears Brown, profesora de psicología y autora del libro Crianza más allá del rosa o el azul ofrece otra potente explicación, los padres y profesores/as tienden a atribuir las buenas notas en el colegio al esfuerzo de las niñas pero a la habilidad natural en el caso de los niños. Un estudio realizado en Tel-Aviv descubrió que si los profesores/as desconocían el sexo de sus alumnos, las estudiantes conseguían mejores calificaciones en matemáticas. Lo más triste es pensar que el mensaje que transmiten todos estos estereotipos de género se internaliza muy pronto. Os pongo en situación, 400 niños tenían que identificar al personaje más listo de un cuento. Para ello, debían escoger entre dos hombres y dos mujeres. ¿Qué pensáis que sucedió?... Los niñ@s de cinco años asociaban la inteligencia a su propio sexo, los niños escogían a los hombres y las niñas a las mujeres. A los seis años los niños seguían escogiendo a los hombres mientras que las niñas mayoritariamente relacionaban al personaje inteligente con el sexo masculino. Qué lástima perder la mitad del potencial humano.
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