Finalicemos nuestro pequeño recorrido histórico. Durante la época galante (SXVII) el matrimonio era una fachada que ocultaba innumerables relaciones extra y pre matrimoniales. La sociedad se feminiza, el hombre imita a la mujer en muchas de sus costumbres como la vestimenta. La seducción se convierte en un arte pero desde una perspectiva negativa, el hombre de clase alta seduce a la doncella para después dejarla. Son los llamados libertinos con escasas normas morales, los hombres son libres para dedicarse plenamente al amor sin ninguna responsabilidad ni atudura adicional. Como consecuencia de estas ideas los hospicios se ven desbordados, abandonar a los niños era sencillo, anónimo y realizado con total impunidad. El 30% de los niños crecían sin padre y sin madre. Es la época del Marqués de Sade quien promulga la república de los libertinos, la promiscuidad, las prácticas sexuales más perversas… La época victoriana más restrictiva comienza con la muerte del marido de la Reina Victoria, este suceso cambia su forma de ser y pasa a exigir a la población rígidos patrones de conducta que por supuesto afectaban a las conductas sexuales (debió pensar si yo no puedo vosotros tampoco). Las costumbres estaban fuertemente mediatizadas por la iglesia quien marcaba qué prácticas eran las permitidas y que otras eran condenadas. De esta manera se condenó toda actividad sexual que no tuviera como fin la reproducción. Los burdeles se convirtieron en los únicos lugares para el desarrollo de las prácticas sexuales tildadas de ilegítimas. Hasta tal punto llegaba la rigidez que los médicos no podían tocar a la mujer, para saber la dolencia de sus pacientes tenían que recurrir a maniquís. Una dama de esta época no debía tener deseo sexual, ni sentir ningún placer durante sus relaciones, su único anhelo era ser una buena esposa y tener hijos. Un autor que no puede faltar en nuestro viaje por la historia de la sexualidad es el médico neurólogo Freud (1856-1939) quien desarrolló una concepción muy original sobre la sexualidad como elemento integrador de la personalidad. Para este autor, la frustración de los impulsos sexuales (la líbido) era la fuente de todos los desórdenes mentales. Durante el SXX la mujer se va incorporando poco a poco al mundo laboral, al comienzo esto fue visto como una amenaza por muchos hombres por temer que se vieran afectados sus salarios y demás condiciones laborales. Sin embargo, no les quedó más remedio que aceptarlo ya que durante la Segunda Guerra Mundial los hombres han de irse a luchar y las mujeres se incorporan masivamente a las fábricas. A mediados del SXX el ginecólogo William Masters y la psicóloga Virginia Johnson llevaron el estudio de las relaciones sexuales humanas al laboratorio. Estudiaron los cambios fisiológicos que se producen durante las relaciones sexuales, sus estudios fueron tan revolucionarios como criticados. (La imágen de la izquierda son los autores reales y los de la derecha son los personajes de la serie "Masters Of Sex" que sin duda os recomiendo) Finalizamos con los años 60 donde se da una revolución sexual, aparecen las comunas y se propone una utopía, la posibilidad de vivir el sexo sin culpa ni vergüenza. Unido a ello se reclaman los derechos de gays y lesbianas. Y así llegamos a nuestros días en los que cada cual debería vivir su sexualidad conforme a sus propios criterios respetando siempre a los demás. Parte I Parte II Parte III
1 Comentario
Prosigamos con pequeñas pinceladas de nuestra historia de la sexualidad. En la Alta Edad Media (SVII-SXI), las conductas en general eran toscas y violentas, lo mismo sucedía con las conductas sexuales que pasan a estar dominadas por la violencia, las agresiones y el miedo. Se instituye el rapto como forma de matrimonio, siempre y cuando la mujer raptada fuera virgen. El adulterio se castigaba brutalmente llegando incluso a quemar a los amantes. Pero el hombre sólo era castigado si el marido de la mujer adultera era del mismo estatus social que el adultero clara medida misógina y clasista. Para completar el cuadro retrógrado aparece el denigrante cinturón de castidad para que los maridos que iban a luchar se asegurasen que sus mujeres les eran fieles. En la Baja Edad Media (SXII-XIV) surge el amor cortés como una clase de amor imposible. La mujer pasa a ser vista como la dama de los caballeros o la musa de los trovadores, en ambos casos se convierte en objeto de culto. Se crearon las casas de arrepentidas para las prostitutas “reformadas” una idea con buenas intenciones si no fuera porque muchas de estas casas se conviertieron en prostíbulos de lujo. Durante el Renacimiento se da un redescubrimiento del cuerpo floreciendo el erotismo en la pintura. Aparece la sífilis, sus primeras manifestaciones se produjeron en Génova en 1494, a esta enfermedad se la conoció como “El Marbo Galico” (el mal francés), en un edicto de Maximiliano fue considerada un castigo de Dios. Lutero en su Reforma abolió el celibato, incluso se permitió aconsejar a las parejas el número de relaciones sexuales semanales más recomendables, Lutero opinaba que dos era lo más idóndeo. Pero la contrarreforma acabó con todo esto, institucionalizándose el rito del matrimonio con la presencia necesaria de un cura. Continuemos nuestro viaje en el tiempo para conocer más sobre los usos y costumbres relacionados con la sexualidad. Los griegos son un claro ejemplo de una sociedad liberal, para ellos la homosexualidad era practicada con asiduidad sobre todo entre las clases sociales más altas. Los más famosos y reputados filósofos griegos gustaban de las personas de su mismo sexo sin verse condenados a su práctica clandestina como sucedió más adelante. Estos hombres solían ser bisexuales ya que mantenían esposa e hijos. Sus prácticas eran sobretodo onanistas, las relaciones anales nunca se desarrollaban entre hombres de la misma clase social, ya que eran consideradas como una manera de expresar poder. La conducta homosexual femenina se ve por ejemplo en la figura de la poetisa Safo quien creó una escuela sólo para mujeres en una isla, en sus versos narra las relaciones amorosas que mantenía con sus alumnas. Si bien también en este caso Safo era bisexual ya que se casó y murió locamente enamorada de un hombre. Las prostitutas griegas tenían el nombre de Hetairas teniendo una gran influencia en la sociedad griega por ser consideradas no sólo instrumentos sexuales sino compañeras de prohombres de la talla de Aristóteles. En Roma podemos distinguir dos épocas: - la republicana que defiende el matrimonio monógamo, la valoración de la virginidad, la fidelidad… - la imperial con su concepción mucho más progresista según la cual la mujer que pasa, por fin, a tener iniciativa sexual. El prototipo de mujer romana de esta época imperial es Mesalina tercera mujer de Claudio, quien se dice tenía una habitación propia en un prostíbulo en la que recibía a los hombres y si no la satisfacían los mataba. El cristianismo redujo la práctica sexual al ámbito del matrimonio. La mujer pasó a ser clasificada en dos vertientes contrapuestas la mujer pecadora, mala que arrastra al hombre a su perdición frente a la virgen, inocente y virtuosa. Esto unido al celibato monacal radical condujo a una enorme misoginia. Parte I Parte III Parte IV La conducta sexual forma parte del abanico de comportamientos del ser humano y es por lo tanto objeto de estudio de la Psicología. Esta conducta como las costumbres, los pensamientos... se ha ido adaptando a cada momento histórico. La sociedad ha ido avanzando con el devenir del tiempo, hasta llegar a nuestros días. La concepción de las relaciones sexuales humanas ha sufrido avances y retrocesos a lo largo de los años, así como la visión sobre la posición social y los derechos de hombres y mujeres, siendo estas últimas las peor paradas siempre. Os invito a hacer un pequeño recorrido histórico. Los egipcios creían en el matrimonio pero al mismo tiempo era muy sencilla su disolución por la libre decisión del hombre o la mujer. Tan sólo se exigía una compensación económica a la persona dejada. La prostitución era socialmente aceptada, a las prostitutas se las daba el alegre nombre de danzarinas. Babilonia fue históricamente considerada como el reino de la perversión sexual pero algunas de sus costumbres distan mucho de ser tan liberales. Fueron los primeros en instaurar el patriarcado por el que el padre era el amo y señor de la mujer, a la que podía vender, matar, concertar su matrimonio… El código Hammurabi dictaba normas sobre la conducta sexual, en el se establecía que todo estaba permitido con la condición de no perjudicar a terceros. Aunque, cómo no, no era de aplicación si el tercero era una mujer. Existía una clase de prostitución sagrada por la que toda mujer debía prostituirse una vez en la vida antes de casarse, era una “desfloración sagrada”, las mujeres no debían llegar vírgenes al matrimonio. Para los israelitas las mujeres son propiedad del padre o el marido hasta que se convierten en madres, momento en el que cambia su estatus y comienzan a ser respetadas. La sexualidad no reproductiva está radicalmente prohibida. Algunas de sus leyes no dejan de ser sorprendentes para personas ajenas a esta religión, entre ellas el levirato consistente en la obligación de un hombre de casarse con la mujer de su hermano muerto, la consideración de la mujer como impura durante los días de su menstruación prohibiéndola asistir al culto, el adulterio es penado con muerte en la mujer pero el hombre sólo recibe castigo en caso de haber pecado con una mujer casada… Parte II Parte III Parte IV La antropóloga Helen Fisher ha estudiado el amor romántico desde un punto de vista científico, con más de 30 años de experiencia es la más erudita en el tema del amor. En el 2005 la contrataron en match.com para ayudarles a desarrollar un programa de emparejamientos basados tanto en las hormonas como en la personalidad.
Según sus trabajos los seres humanos exhiben tres emociones primarias en las relaciones de pareja: el deseo sexual, el amor romántico y el cariño o apego tras una larga relación. Estas tres emociones según Helen Fisher llevarían del deseo, al enamoramiento y a la formación de un vínculo estable relacionado quizás con el tiempo necesario evolutivamente para la crianza de los hijos. Fisher ha estudiado qué efectos psicológicos produce el enamoramiento descubriendo entre ellos pensamientos recurrentes sobre la persona amada, sensación de euforia, dependencia emocional, actitud posesiva, así como factores fisiológicos tales como fuertes latidos del corazón, respiración más superficial… En sus estudios descubrió que el cerebro enamorado genera además ciertas hormonas que darían explicación a cada uno de estos síntomas. Aumento de testosterona relacionada con el deseo sexual, alto nivel de norepinefrina que produce euforia y pérdida del apetito; el bajo nivel de serotonina tiene que ver con la obsesión de estar siempre con la persona amada, dopamina que proporciona sensaciones de plenitud, euforia y cambios de humor. En la naturaleza existen muchas especies animales que siguen un patrón muy similar al del enamoramiento eligen pareja y sienten un amor romántico primitivo: no comen, apenas beben… Fisher sostiene que el amor romántico es un impulso más fuerte que el sexual, según sus palabras “después de todo, si casualmente le pides a alguien que se vaya contigo a la cama y te rechaza, no entras en una depresión ni cometes suicidio u homicidio pero en todo el mundo la gente sufre terriblemente tras el rechazo en una relación romántica». Los estudios de Fisher mostraron también diferencias biológicas entre los hombres y las mujeres a la hora de enamorarse, los hombres se basaban más en estímulos visuales mientras que en las mujeres las áreas cerebrales que se activaban cuando se enamoraban estaban más relacionadas con la memoria. Ante este hecho biológico comprobado, que cada cual extraiga sus propias conclusiones... Otro descubrimiento muy interesante es que cuando estamos enamorados una parte de nuestra amígdala cerebral se desactiva impidiéndonos ver los aspectos negativos en la persona amada, de ahí que popularmente se hable de que el “amor es ciego”. |
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