El Museo ABC de Madrid dispone en estos días de una exposición sobre el mundo del cómic. La exposición recoge el trabajo de 47 ilustradores españoles que han logrado entretener al mundo entero con sus historias. Os sorprenderá descubrir que muchos de los superhéroes de vuestra infancia son el fruto del laborioso trabajo de algunos españoles. La exposición llamada “Superhéroes con Ñ” del Museo ABC estará en Madrid hasta el 12 de Junio. Para completar la oferta han desarrollado distintos talleres infantiles llenos de sorpresas. Para acceder a ellos es necesario realizar una reserva telefónica previa. Ayer nosotros asistimos a un taller diferente, divertido y muy especial, el taller “Conviértete en superhéroe”. Lamentablemente por el momento sólo estaba previsto un día para su realización, sin embargo las muchachas que lo han desarrollado nos han indicado que quizás pueda repetirse más adelante, os recomiendo estar muy atentos. Al comenzar el taller inventamos entre toda la familia una historia de superhéroes y villanos para desarrollar en cuatro viñetas, una sencilla historia que tras repartirnos los papeles hemos protagonizado. Acordamos que mi pequeño y yo seriamos los superhéroes (Hulk y Catwoman) y mi hija y mi marido los villanos, así que nos hemos disfrazado según el aspecto de los personajes elegidos. Después hemos pasado a la parte más divertida, representar las escenas de nuestras viñetas mientras un fotógrafo nos ayudaba a posar para ellas, caras de malos, fingidos puñetazos, escenas de vuelo… han ido completando nuestro particular cómic familiar. Una vez impresas nuestras cuatro fotos le ha tocado el turno a la parte de la ilustración, de la mano de un ilustrador profesional hemos dado forma a nuestras fotos para convertirlas en auténticas viñetas de cómic (bocadillos, efectos para los golpes, enfatizar la cara de los malos…). Cómo podéis ver es una actividad que también podéis realizar en casa sobre todo para esos días lluviosos en los que no sabemos cómo entretener a nuestros pequeños. Tan sólo hacen falta algunos disfraces, una cámara de fotos, una impresora a color, pinturas, tijeras, imaginación, trabajo en equipo y ganas de pasar un buen rato en familia. http://museo.abc.es/exposiciones/2016/02/superheroes-con-n/133435
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La técnica de tormenta de ideas fue creada por Alex Osborn para la resolución de problemas. Esta técnica consiste en fomentar la producción de un flujo constante de ideas, variaciones de esas ideas, conexiones entre ellas… y una vez generadas todas las posibles respuestas pasarían a ser evaluadas. En la producción de ideas es importante evitar los juicios sobre la viabilidad de las alternativas propuestas hasta el final, cuando contemos con un número suficiente que resuelva el problema. La tormenta de ideas, también llamada brainstorming, se desarrolló originalmente como una técnica de grupo, y el estereotipo de una sesión de tormenta de ideas es un grupo de gente intentando negociar una solución a un problema conjuntamente. A pesar de ser una técnica grupal, estudios posteriores demostraron que al trabajar en grupo la técnica funcionaba peor, teniendo además peores resultados cuanto mayor fuera el grupo. La explicación más usual de la desventaja del grupo es que los grupos son dominados por un pequeño número de individuos y los miembros no dominantes no expresan todas sus ideas por miedo a que resulten demasiado irracionales o inapropiadas. Se habla mucho últimamente de que la enseñanza reglada no está logrando los objetivos marcados y que el fracaso escolar es demasiado alto. Lo primero que deberíamos plantearnos es qué objetivo queremos que tenga la educación. Dewey, en su libro Cómo pensamos (1933) arguyó que el objetivo de la educación era enseñar a los niños a pensar reflexiva y críticamente, en lugar de un aprendizaje mecánico basado en la ciega aceptación.
Nuestra sociedad alienta algunas creencias que nada ayudan al desarrollo de la reflexión ya Baron en 1988 nos advirtió de ello. Algunas de estas ideas son “cambiar de idea es signo de debilidad”, “tomar una decisión rápida es signo de fuerza o sabiduría” o “estar abierto a las alternativas conduce a la confusión y a la distracción”. Estas creencias deberían desterrarse definitivamente y ser suplidas por otras como: “los buenos pensadores están abiertos a nuevas posibilidades y a la evidencia en contra de las posibilidades que ellos apoyan” y “no hay nada malo en estar indeciso o inseguro durante un tiempo”. Baron sugiere que “las culturas que alientan el pensamiento racional son las que valoran el cuestionamiento, la indagación, la satisfacción de la curiosidad y el reto intelectual”. Las preguntas a resolver serían ¿se debe enseñar a los niños estrategias de pensamiento? ¿se puede enseñar a pensar?. En Venezuela se llevó a cabo un proyecto muy ambicioso con el objetivo de mejorar la actuación intelectual de ¡la población entera!. En 1979 se instituyó el Ministerio para el Desarrollo de la Inteligencia Humana. Este nuevo ministerio inició cierto número de programas educativos. En particular, en colaboración con asesores de la Universidad de Harvard y de la compañía Bolt, Beranek y Newman Inc, en los EEUU desarrolló un programa de habilidades de pensamiento para escolares alrededor de diez años pertenecientes a entornos social y culturalmente deprimidos, razón por la cual se eligió para la experiencia piloto la localidad de Barquisimeto, capital del estado de Lara, una región montañosa y esencialmente agrícola del noroeste de Venezuela. Ese programa, llamado originalmente Proyecto Inteligencia, pero posteriormente rebautizado como Odisea, pretendía desarrollar habilidades de razonamiento y pensamiento creativo a través del diálogo y el descubrimiento. Se seleccionaron las siguientes habilidades:
Pero la pared contra la que chocan estos intentos de “enseñar a pensar” es siempre la misma, cómo transferir las habilidades aprendidas a nuevos campos. Los niños de este programa al enfrentarse a problemas con los que no habían trabajado no obtuvieron mejoras significativas. Aún no se ha descubierto ningún método mágico para enseñar técnicas globales que mejoren nuestra habilidad general de pensar. Fuente: Manual de psicología del pensamiento. Seguro que habéis oído relatos de padres totalmente abrumados por los episodios de terror nocturno de sus hijos. Y no es de extrañar, si has sido testigo de estos episodios sabrás que son realmente desoladores. Durante ellos el niño chilla, golpea a su alrededor, es incapaz de responder cuando se le intenta consolar, suda, hiperventila, su corazón se acelera, las pupilas se dilatan… tras 10-20 minutos que a los padres se les hacen eternos, el niño se calma y se vuelve a dormir plácidamente. Los terrores nocturnos pertenecen al grupo de las parasomnias o trastornos del sueño. Se producen durante las primeras fases del sueño, en el paso secuencial de las ondas alfa-theta-delta que se produce mientras dormimos. Generalmente la transición entre las fases del sueño se realiza con suavidad, pero se cree que por una hiperactivación del sistema nervioso central, aún inmaduro en muchos niños, en ocasiones ocurre de forma turbulenta. No debemos confundir el terror nocturno con la pesadilla, seguro que los padres que lo sufren lo saben diferenciar fácilmente. Cuando un niño tiene una pesadilla se despierta asustado, y la clave está ahí “se despierta”, en el terror nocturno el niño no está despierto se halla en un estado de letargo entre el sueño y la vigilia. La pesadilla es un sueño aterrador que se produce en la fase REM y al despertar el niño nos relatará sin problemas el objeto de su miedo. El terror nocturno por contra, no genera ningún recuerdo ya que no se está soñando cuando se produce. Cuando el niño despierta de una pesadilla si permanecemos un rato con él, le hablamos, le calmamos observaremos que los signos de agitación van remitiendo. Si durante el terror nocturno hacemos lo mismo, es posible que el niño intente pegarnos, se agite más, salga corriendo… En estos casos es mejor no proporcionarle ningún contacto físico y tan sólo velar para que no se haga daño, también se puede intentar hablarle pausadamente pero si se comprueba que esto le irrita es mejor alejarse hasta que pasen esos angustiosos minutos y el niño vuelva a la calma. Os puedo asegurar que si la sensación que tienen los niños cuando les despiertan en pleno episodio de terror nocturno es la misma que tenemos los sonámbulos al despertar de golpe, os aconsejo encarecidamente que no lo hagáis, no hay sensación más desagradable de desorientación, pérdida de control, inquietud y miedo. Los terrores nocturnos son relativamente poco frecuentes (solamente afectan a entre el 3 y el 6% de los niños), se suelen dar en niños de entre cuatro y doce años, pero se han descrito incluso en niños de solo 18 meses. La mayoría de los niños superan los terrores nocturnos al crecer conforme va madurando el sistema nervioso. Los episodios generalmente disminuyen después de los 10 años de edad aunque también se pueden presentar en adultos, especialmente cuando hay tensión emocional o consumo de alcohol. Se cree, además que puede haber un componente genético, ya que en el 80 % de los casos, los padres de niños con terrores nocturnos también los han experimentado en su infancia. Existen algunos consejos para intentar prevenirlos:
Si el niño tuviera terrores nocturnos de forma frecuente se recomienda consultar con un especialista en sueño. Normalmente no constituyen trastornos importantes, pero sí que pueden ser objeto de asesoramiento o intervención psicológica si se generan síntomas realcionados como puede ser miedo a dormir. En algunos casos un factor físico de apnea del sueño es el causante, debido a que las anginas y los adenoides (tejido de la garganta) están inflamados bloqueando las vías respiratorias durante el sueño, dificultando la respiración y provocando que el niño se despierte parcialmente. Por lo que siempre es mejor consultarlo con el pediatra. Un método que ha intentado prevenir los episodios de terror nocturno consiste en realizar despertares controlados. Para ello, se observaría durante varias noches el tiempo que transcurre desde que se duerme el niño hasta el momento en el que aparece le terror nocturno, normalmente aunque con pequeñas variaciones, suele ocurrir durante la misma franja horaria. Con estos datos lo despertariamos 15 minutos antes de llegar a la hora problemática, lo mantendríamos fuera de la cama unos 5 minutos y luego lo volveríamos a dormir. El método es molesto de aplicar, ya que obliga a despertarse a los padres y al niño, serán estos los que deberán valorar si es efectivo y les compensa. Camino a tu lado sintiendo la calidez de tu mano encajar en el hueco vacio de las mías, colmándolas a la vez que colmas mi alma. Tus ojos son el reflejo de una inocencia perdida que recuerdo con nostalgia a tu lado. Cómo es posible una mirada tan transparente, tan dulce y tan llena de amor. A veces me sorprende tu inmenso cariño, tu manera de quererme sin contemplar mis defectos. Nunca seré esa heroína que imaginas, pero tú no lo cuestionas y es esa certeza la que me impulsa a mejorar. Las palabras que pronuncian tus labios son la sonrisa en mi boca. La simplicidad de tu mundo infantil es una lección para mis inútiles complicaciones adultas. Viniste a mí para enseñarme a vivir pues ciega fui hasta tenerte conmigo. He aprendido a viajar en nubes, a cantar alegrías y he recordado lo que significa ilusión. Nunca sentí tanta desazón como la que me ahoga al pensar que puedas no ser feliz. Ójala pudiera crear una burbuja a tu alrededor para protegerte siempre de todo mal, pero me falta la magia con la que sueñas. Si pudiera te prometería un futuro lleno colores, de cielos despejados, de refrescantes lluvias, un mundo repleto de rostros sonrientes como los que habitan en tus pinturas. Pero nunca seré esa heroína que imaginas…. |
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