El test de Rorschach, del que sin duda habréis oído hablar, es uno de los test más populares del ámbito psicológico, profusamente utilizado a la par que comúnmente denostado. Si en alguna ocasión os enfrentáis a esta prueba debéis saber que la peor respuesta posible y sin embargo la más cierta es decir que sólo son manchas. Veamos en qué consiste… Es una técnica de las llamadas proyectivas. Fue creada por Hermann Rorschach y parte de la idea de que una persona al ver una imagen ambigua y desestructurada trabajará para dotar de orden a dicha imagen. Como hemos señalado con anterioridad nuestra mente odia el caos, por lo que dedica innumerables esfuerzos en imponer un mínimo de sentido a aquello que percibe. Pero una misma imagen puede ser interpretada de varias maneras por distintas personas y es ahí donde cada uno pone una parte de sí mismo. El test consiste en la presentación de 10 láminas constituidas por manchas de tinta simétricas respecto a un eje central algunas de ellas en blanco-negro y otras en color. El sujeto debe indicar lo que le sugieren. Para el psicoanálisis las personas proyectarían en las imágenes aquello que no desean reconocer, lo que más vergüenza les produce, los impulsos más inaceptables. Actualmente se considera la proyección de las imágenes como una tendencia natural en el ser humano para dotar de sentido a aquello que le rodea. Analicemos de forma esquemática las láminas que componen este test, pero si antes queréis poneros a prueba, en internet podéis encontrar algunas adaptaciones: www.elmundo.es www.lasprovincias.es El test de Rorschach es de muy difícil aplicación ya que no sólo se analizan las respuestas del sujeto sino también el tiempo que tarda en responder, la posición desde la que observa la lámina, si se fija en todo el conjunto o en una parte, el movimiento… De tal manera que p.e una respuesta muy rápida puede indicar cierta impulsividad, mucha riqueza argumental exceso de actividad… Es por lo tanto necesario tener mucha experiencia para poder dar un uso fiable a este test. El Test de Rorschach es además eminentemente clínico se desarrolló para detectar pensamientos alterados, el mismo autor siempre fue escéptico respecto a su uso como test proyectivo de personalidad. Sin embargo, su difusión ha sido máxima abarcando ámbitos como la selección de personal, forense…
7 Comentarios
De vuelta de vacaciones reanudamos las actividades en familia de las que tanto disfrutamos. En esta ocasión regresamos al Museo del Ferrocarril de Madrid. Ubicado en la antigua estación de Delicias inaugurada en 1880, el museo nos ofrece la posibilidad de realizar un viaje al pasado con una completa muestra de locomotoras y coches de viajeros. En un solo paseo descubriréis cómo viajeros de otras épocas, mucho menos esclavos del tiempo y las prisas, recorrían vastos territorios en busca de nuevas oportunidades o de ansiados reencuentros. Nosotros regresamos para que nuestro pequeño redescubriera aquello que en la anterior visita carecía de valor, los trenes que cada tarde le acompañan en sus juegos. Mecidos por la suave música en directo de otra época paseamos por los andenes contemplando el transcurrir del tiempo en el más de siglo y medio de existencia del ferrocarril en España, desde el vapor, al eléctrico y al diesel. Una de las locomotoras está preparada para que los visitantes puedan subirse y sentirse por unos instantes parte de esa historia. Y ésta fue sin duda la preferida de mis peques, mi hija al mando apremiaba a mi hijo para que echase más carbón mientras ella manejaba las numerosas palancas con insospechadas utilidades. Después de un paseo algo masificado, accedimos a la atracción estrella del museo para los niños, montar en una miniatura de tren. En nuestro caso nos tocó la locomotora a vapor y fue una auténtica pasada discurrir por sus pequeñas vías acompañados del inconfundible silbido de este tipo de máquinas. Mi hijo apenas parpadeaba y una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en su cara durante todo el trayecto. Tras una parada para retomar fuerzas en los puestos de comida y bebida que se encuentran en el exterior de la estación, retomamos la visita para esta vez admirar los distintos puestos de artesanía y antigüedades que habitan en los andenes. En este caso la que apenas podía contener la cara de admiración era yo. Siempre me produce una sana envidia la capacidad creativa, afortunados son los que dan vida con sus manos a tanta originalidad, belleza y maestría. El museo oferta además talleres, visitas guiadas, mercadillos, viajes en trenes temáticos… seguro que encontraréis aquello que os guste. Creo que os puede ser de utilidad algunas advertencias, suele haber mucha gente y el parking del museo se completa muy pronto. Meterse dentro cuando está lleno de coches y gente accediendo al recinto es complicado, si no sois madrugadores os recomiendo intentar aparcar por las calles aledañas o acercaros directamente en tren. Debéis saber además que el dinero para comprar bebida o comida ha de cambiarse por fichas. Vas conduciendo por una carretera secundaria, son las tres de la tarde de un día en donde los termómetros no bajaron de los 40º, apenas hay coches por la carretera las únicas compañeras de trayecto son las barrillas que ruedan como en el lejano oeste. En el arcén de la carretera ves a una joven intentando, sin mucha maña, cambiar la rueda de su coche. Desde lejos aciertas a ver un pelo largo, rubio y brillante ondeando movido por los escasos golpes de cálido viento . Su cuerpo esculpido por sesiones inacabables de sentadillas muestra más curvas que los puertos más difíciles del tour de Francia… no sigo creo que os hacéis una idea… hombres ¿os pararíais a ayudarla?... ¿Y si en vez de esa musa hubiese una mujer con menos atractivo físico?… ser sinceros recordar que son las tres de la tarde, hace 40º y se trata de cambiar una rueda… En definitiva: “Los guapos lo tienen todo más fácil”. Y cuidado que juegan limpio pero poseen una indiscutible ventaja, el efecto halo. El efecto halo es un sesgo cognitivo según el cual cuando percibimos a una persona realizamos generalizaciones erróneas a partir de una sola característica o cualidad. El nombre de efecto halo fue acuñado en 1920 por Edward L. Thorndike en su artículo "El error constante en la calificación psicológica”. Es decir, si nos encontramos ante una persona extremadamente atractiva la juzgaremos además como simpática, buena persona, triunfadora, inteligente… Es posible que antes de bajaros a ayudar a la muchacha en cuestión ya os hayáis imaginado a esa chica sonriendo agradecida por vuestra inestimable ayuda pero ¿y si en vez de eso la chica os mira con desprecio y os suelta una bordería?… cuesta creerlo ¿verdad?. Se ha comprobado además que el rol del atractivo en la evocación del efecto halo no se detiene en rasgos de personalidad, sino que se extiende a la percepción que tenemos de la vida en general de esa persona, de su éxito, de su estatus socioeconómico… De ahí que nos cueste realmente creer que una persona físicamente espectacular pueda estar sin pareja o con alguien sin el mismo deslumbrante atractivo. Algunos otros estudios han demostrado además que:
Este sesgo inconsciente plantea muchos problemas en algunos ámbitos como el judicial, en la selección de personal y sobre todo con los más vulnerables los niños y los adolescentes. Algunos estudios han demostrado que los adolescentes atractivos son más propensos a recibir una retroalimentación social más positiva y esto afecta a su autoestima, ya que esta depende, en gran parte, de la aceptación y el aprecio recibido de los demás. La publicidad, ese universo oportunista que aprovecha al máximo cualquier efecto psicológico que le sirva para influenciarnos, explota al máximo este sesgo. Si un producto logra una imagen positiva entre los consumidores las marcas corren a asociarlo al resto de sus productos o a la misma marca para que de forma irracional generalicemos sus propiedades positivas. Lamentablemente el efecto halo tiene su contrapartida, el “devil effect” por el que atribuimos cualidades negativas a las personas que ostentan una imagen descuidada o poco agraciada.
Agosto mes típicamente vacacional, las playas españolas se llenan de eufóricos veraneantes deseosos de sacudirse la rutina invernal. Y como uno más de esos turistas bolsa en mano, sombrilla y aquel libro que ha reposado en la mesilla de mi habitación durante meses a la espera de una insomne noche que nunca llegó, me dispongo a tomar un lugar privilegiado en primerísima línea de playa. Según va pasando el tiempo van llegando el resto de veraneantes más o menos cargados para la ocasión, desde los más frugales con sus toallas y su móvil hasta las más previsoras familias equipadas para el apocalipsis con neveras, sillas, colchonetas, jaimas… Poco a poco cada uno invade ese terreno de nadie de cálidas arenas. Tumbada al sol cuan lagarto ignoro los hostiles movimientos que se producen a mí alrededor. Una pareja de edad avanzada ha colocado sus sillas nada más y nada menos que a la fresca sombra de mi sombrilla, mi cara de estupefacción con boca abierta incluida debió de ser más reveladora que el mayor de los improperios porque con lentos movimientos y sentidas disculpas la pareja ha retrocedido para ocupar un espacio cercano pero menos hostigador. Un matrimonio con niños llega cargado con sombrilla, sillas… y decide que aunque no son merecedores de la primera línea de playa, destinada a los más madrugadores, han de colocarse justo delante de mí porque ese es sin duda el lugar más fresco, por suerte el más avispado del grupo pronto se da cuenta de que si despliegan todo su cargamento entorpecerán el continuo discurrir de cuerpos bronceados que pasean por la orilla. Y yo que antes reposaba plácidamente en mi toalla relajada, hundida en mis ensoñaciones y ajena a todo ruido me siento en pie de guerra dispuesta a defender mi territorio como Juana de Arco, irritada, agitada… han superado sin mi autorización ese espacio único de mayor proximidad, mi espacio personal. Este espacio que nos rodea y nos permite interactuar con el resto de mundo de manera cómoda y ajustada a cada situación fue descrito por el antropólogo estadounidense Edward T. Hall en 1963 bajo el nombre de proxémica. La proxémica regula el grado de privacidad que deseamos mantener en cada interacción. Hall distinguía cuatro tipos de distancia:
Cuando nos encontramos en situaciones en las que obligatoriamente asumimos la invasión de este espacio como p.e en el metro, conscientemente admitimos que la situación es inevitable pero enseguida afloran sensaciones de desasosiego, incomodidad… nuestra mirada se pierde en el infinito evitando un contacto visual que acortaría aun más las escasas distancias. La proxémica varía de unas culturas a otras, determinadas distancias confortables para algunas culturas son intolerables para otras sociedades. También correlaciona con el sexo, al contrario que en la película de Dirty Dancing donde un irresistible Patrick Swayze marcaba territorio: "Este es mi espacio, este es tu espacio, yo no entro en tu espacio y tú no entras en el mío" parece que las mujeres toleramos peor la proximidad de un hombre desconocido en nuestro espacio más íntimo. Depende además de factores personales como la introversión, los introvertidos necesitan mantener una mayor distancia entre ellos y su interlocutor. Mi pronta retirada de la playa alentó a una inmensa familia a ocupar mi preciado territorio y sin haber cerrado aún la sombrilla me vi rodeada de niños, flotadores, neveras… tan sólo les falto darme un beso de agradecimiento por mi marcha para ver totalmente violado mi espacio personal. Por suerte, logramos hallar nuestro lugar en otra playa más alejada para disfrutar al fin de nuestro ansiado descanso. Este fin de semana huyendo de las desorbitadas temperaturas de la capital visitamos las piscinas naturales de “El Chorro” de Navafría, localizadas en la Sierra de Guadarrama a unos 123km del centro de Madrid. En esta área recreativa sin duda encontraréis multitud de oportunidades para pasar un estupendo día en familia. Sus dos piscinas naturales de gélidas aguas serán la delicia de los más pequeños. Un baño sólo apto para los más valientes, título del que gozamos mi familia al completo. Tras unas cuantas brazadas en sus congeladas aguas pasé de sentir un dolor intenso en todo mi cuerpo a dejar de sentirlo por completo para finalmente percibir como mi sangre fluía con reconfortante intensidad. En el margen izquierdo de la zona de picnic el rio discurre veloz siendo un lugar de descubrimiento y juego perfecto para los niños. Mi monstruita y mi monstruito equipados con sus chanclas y cubos recogieron todo tipo de “piedras preciosas” y realizaron intrépidas carreras de hojas que nos causaron más de un disgusto ya que a mi pequeño aún le cuesta asumir algunas derrotas. Para los más cocinitas deciros que el área recreativa de “El Chorro” está equipada con barbacoas que pueden ser utilizadas durante todo el año a excepción de los días con alto riesgo de incendio, por lo que antes de ir provistos con choricitos, panceta…o los ingredientes para una deliciosa paella es recomendable llamar la tarde anterior para aseguraros que podréis utilizarlas. Aunque para los más despistados siempre quedará la opción del bar. Después de nuestro picnic a base de bocadillos de tortilla los chicos de nuestra familia se adormecieron a la sombra de los pinos, mientras mi hija y yo nos calzamos nuestras deportivas para subir hasta la cascada que da nombre a esta zona situada a tan sólo 20 minutos. Durante el camino fuimos buscando pruebas inequívocas de la presencia en la zona de mágicas hadas o traviesas ninfas, ya que según mi experta hija muchos de los lugares que atravesábamos se asemejaban a “La Hondonada de las hadas de Campanilla”. Nuestra intención era hacer algún recorrido de aventura por los árboles pero el complejo estaba cerrado, así que lo dejamos en la lista de actividades pendientes. Es psicológicamente saludable guardar en nuestra mente proyectos que nos ilusionen. Si los vecinos de las mesas contiguas no son muy ruidosos os puedo asegurar que la compañía de buen libro a la fresca sombra de los majestuosos pinos escuchando la veloz carrera del rio y las risas de vuestros hijos os hará olvidar la loca semana que por fin dejasteis atrás. |
Archivos
Julio 2017
Post mejor valorados
|