La maternidad es una experiencia psicológica muy intensa, plagada de retos, incertidumbres, culpas, miedos, alegrías… Pero acaso ¿no estamos en la vida para vivirla plenamente?, disfrutemos entones al máximo de esta vorágine de sentimientos.
Lo primero que hay que saber es que NO hay manual para padres, no hay certezas. Muchas son las opiniones, muchos los estudios pero también tenemos otras herramientas más primitivas como la intuición y nuestra capacidad de aprender de los errores. La maternidad es una ventana a nuestro pasado, es tener la oportunidad de redescubrir el mundo a través de sus inocentes ojos. Cuando un bebe observa absorto el techo, parémonos a mirar con él, quizás descubramos como me sucedió a mi, que su fascinación estaba producida por un rayo de sol que oscilaba y creaba un precioso juego de luz que mi hija valoró espontáneamente y que yo ni siquiera percibí hasta ese momento. Hacer feliz a un niño es muy sencillo y la recompensa para nosotros es inmensa. Sus emociones son reales, no están mediatizadas por estigmas sociales como en nuestro mundo adulto, no buscan adular, son espontáneos, auténticos. ¡Qué lujo es estar rodeados de tanta sinceridad!. Su sonrisa es el mejor medidor de nuestra pericia como padres. En resumen, dejemos los miedos y disfrutemos de la ilusión, la sorpresa, la emoción, la pasión en su esencia más pura, aprendiendo de esos pequeños maestros que un día llegaron a nuestra vida para cambiarla definitivamente. Si nos dejamos llevar, quizás volar cometas o pintar con las manos pueda convertirse en nuestra actividad favorita.
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
Archivos
Julio 2017
Post mejor valorados
|