Cuando un recién nacido llega a un hogar son muchas las personas que están deseando conocerle y las visitas durante esos primeros días se vuelven inevitables e interminables. Los padres primerizos en la mayoría de los casos se sienten obligados a recibirlas si bien no es lo que en esos momentos necesitan. El hospital ha sido una experiencia agotadora para la madre, no sólo por el parto y la recuperación física, sino también por la cantidad de cambios que se vienen encima. Dar el pecho por primera vez no suele ser sencillo, el bebe tiene horarios de comida poco espaciados que hacen que la posibilidad de descanso quede muy reducida, los médicos y enfermeras no paran de entrar y salir de la habitación para hacerse cargo de la mama unas veces y del pequeño en otras… Llegar a casa con vuestro primer bebe en brazos supone acomodaros a una nueva situación muy emotiva, ya estáis sólos y el peso de la responsabilidad se nota. Es el momento de conoceros, el bebe se adaptará a su entorno y vosotros a vuestra nueva vida. Necesitáis tranquilidad, momentos de pura pereza contemplando embobados al pequeño ser que ha llegado a vuestras vidas… PERO …. Llegan las visitas post-parto que requieren una atención por vuestra parte que en la mayoría de los casos no podéis prestar. Aquí hay que distinguir entre dos tipos de visitantes y lamentablemente en muchos casos no se diferencian en función del parentesco: - Las visitas que suponen una verdadera ayuda, son las que te traen comida, te ayudan a recoger, se hacen cargo del bebe mientras descansas un poquito, hacen algunos recados… - Las visitas que esperan de ti que les ofrezcas algo, les entretengas y que posiblemente no paren de darte consejos sobre cómo coger a tu bebe, que le abrigues más o le tumbes de esta forma… La mama estará en plena revolución hormonal, cansada, dolorida y algo insegura. Así que papa te toca frenar la afluencia de estas segundas visitas post-parto que incomodan y posponerlas para un momento indeterminado en el futuro en donde más descansados, más seguros y más tranquilos podáis disfrutarlas en vez de sufrirlas.
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