Estas en una habitación llena de llamativos juguetes con tu bebe de 9-18 meses, de pronto entra en la habitación un desconocido. En ese momento te ausentas dejando al bebe sólo con el recién llegado. ¿Cómo crees que reaccionaría tu bebe?, ¿qué comportamiento mostrará a tu regreso?. Esta situación es parte de un experimento llamado el Test de la situación extraña llevado a cabo por la psicóloga Mary Ainsworth en la década de 1960-1970 para describir las relaciones de apego. El apego es un vínculo afectivo que se establece entre el bebe y la persona o personas principales encargadas de su cuidado. Es un vínculo necesario para proporcionar la seguridad, la protección y el consuelo que requiere el bebe en sus primeros contactos con el entorno que le rodea. Cómo saber a qué persona o personas se encuentra apegado nuestro bebe es sencillo, ya que mostrará algunas conductas dirigidas exclusivamente a la figura de apego, tales como:
John Bowlby fue el primer psicólogo en desarrollar una "Teoría del apego" en la que manifiesta que un recién nacido necesita desarrollar una relación con al menos un cuidador principal para que su desarrollo social y emocional se produzca con normalidad. Volviendo a nuestra situación experimental podemos distinguir cuatro tipos de reacciones en los bebes expuestos a la situación extraña: 1. En torno a un 65% de los bebés exploraban de forma activa el entorno de la habitación llena de juguetes mientras estaban a solas con la figura de apego, pero en el momento en que esta se ausentaba se mostraban visiblemente intranquilos. Cuando regresaba la figura de apego los bebes buscaban su proximidad para restablecer la sensación de seguridad. A esta reacción se la denomina apego seguro. Mostrar ansiedad o dolor por la pérdida de la figura de apego es por lo tanto, una respuesta normal y adaptativa de un recién nacido adecuadamente apegado, no se trata de un bebe malcriado como muchas personas suelen indicar a las estresadas madres primerizas cuando observan estas reacciones en los bebes. 2. Un 10% de los bebés se mantenían muy próximos a la figura de apego y apenas exploraban la habitación mientras ella estaba presente. Cuando esta se marchaba se inquietaban mucho y al regresar se quedaban muy cerca pero mostraban cierto rechazo al contacto haciendo patente su desaprobación por el abandono. Es el denominado apego resistente. 3. Otro 20% de los bebés mostraban poco malestar cuando eran separados de la figura de apego y generalmente la rehuían cuando regresaba aunque ésta tratase de ganar su atención. Es el apego evitativo. 4. Entre un 5 y un 10% de los bebés se mostraban confusos permaneciendo inmóviles o acercándose para luego alejarse de forma abrupta a medida que la figura de apego se aproximaba. Es el llamado apego desorganizado/desorientado. Que nuestro bebe se comporte de una manera u otra ante la situación extraña dependerá en gran medida de nuestra actitud como cuidadores. Así podemos encontrar:
La falta de un adecuado apego puede producir psicopatologías en el futuro. Podemos por lo tanto afirmar que dedicar tiempo al bebé, en una interacción de cuidado y atención, por parte de las figuras de apego, es la mejor inversión para garantizar la estabilidad emocional del niño en su desarrollo. Algunas de las problemáticas que se derivan de la formación de apegos inseguros son:
La dependencia inicial de un niño se transforma con el tiempo en independencia.
0 Comentarios
Este fin de semana ha dado comienzo una nueva temporada de talleres científico-medioambientales en la Fundación Canal. Bajo el título “ ¡Toma el mando! Y conéctate” los más pequeños de la casa podrán aprender ciencia de la manera más divertida. Multitud de experimentos, en los que ellos serán los protagonistas, les están esperando para comprender la tecnología que les rodea, su funcionamiento, sus aplicaciones y su uso responsable. Lo más sorprendente de este taller es que les acercan a la tecnología sin llegar a utilizarla. Parece imposible ¿verdad?, pues la Fundación Canal y especialmente la paciente monitora lo hacen posible. Este sábado acudí con mi hija, ella como futura científica y yo como sorprendida espectadora. La experiencia como la vez anterior no nos defraudó. Los niños aprendieron qué son las ondas electromagnéticas , sus tipos, conocieron más la invisible luz ultravioleta, comprendieron para qué sirven las antenas, como el código binario logra transmitir infinidad de información… pero no lo aprendieron como los pobres estudiantes de EGB que debíamos conformarnos con las fotografías de nuestros enormes libros, sino haciendo que un puntero láser que sostenían formara un arco iris, o que al girar una bola de luz blanca surgieran los colores que la componen, o interpretando una canción grupal utilizando como instrumentos tan sólo unos tubos de distinto tamaño, o redirigiendo la luz del puntero mediante espejos para lograr llevarla hasta una meta... Estos talleres despiertan la curiosidad de los niños dando pie a infinidad de brazos levantados que establecen ingenuas hipótesis, personales teorías e inteligentes dudas que dan paso a fascinantes explicaciones al alcance de sus infantiles mentes. Como colofón y para deleite de los pequeños un dron (en esta última parte hizo entrada la tecnología) sobrevoló sus cabezas tomando distintas fotos de una veintena de niños sonrientes. Me entusiasmo comprobar que el taller estaba equitativamente compuesto por niñas y niños interesados por igual en este campo de descubrimiento. Me declaro además fan de una nueva generación de muñecas que ya no son sólo recipientes donde colocar bonitos peinados, vestidos y zapatos, sino tan estrechamente relacionadas con la ciencia que cuentan entre sus complementos con microscopios, tubos de ensayo… |
Archivos
Julio 2017
Post mejor valorados
|